La estructura de la escuela de Tonucci es una antítesis de lo que debe ser la educación escolar. Lo vamos a plantear por puntos en los diferentes estados o situaciones que se dan en esta estructura.
En el primer paso toda la gente tiene derecho a una educación a la que se cuelga para su educación, de ese primer filtro la gente que aguanta pasa a ser inyectada su educación sin posibilidad de análisis.
Los demás ya atados reciben la educación por audiovisual atados para que no se muevan de su situación ni intentan cambiarse.
Por último la salida ordenada de todos lo que han superado su educación salen para cumplir su posición en la sociedad. Para ocupar los puestos preferenciales en la sociedad. Los demás son expulsados como la escoria para situarse en los estratos bajos sociales.
La educación no puede estar estructurada en unas leyes o arquetipos definidos, debemos de partir de la base de que todo lo que enriquece a la educación es la libertad de expresión entre educadores y alumnos, debiendo intuir en cada momento la valoración y la forma en que los alumnos se integren dentro de las materias que se imparten. No todas las personas valen para todo, no se puede tener la mentalidad de vale o no vale, como establece Tonucci.
Dentro de ese abanico tan inmenso del vale o no vale, se crean situaciones intermedias que son las que debemos ir analizando en la progresión de la educación de las personas. El educador como pilar básico de ese análisis tiene que estar en contacto permanente con su alumnado para determinar o aconsejar a cada persona donde debería de encaminar su formación personal para su salida hacia el tejido de su futuro profesional.
La labor de un Estado y de una ley de educación es por todos los medios posible que haya mayoría de personas que salgan con formación para poder desenvolverse en el mercado futuro de trabajo, de esa forma se reduce esa salida de desagüe de Tonucci.
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